Muchas veces perdemos el enfoque verdadero que es
ser cristiano y en ocasiones pensamos
que solo nosotros estamos atravesando por pruebas, dificultades y sufrimientos. No obstante, si vemos o
analizamos más de cerca de como los apóstoles
fueron muertos de diferentes formas, dejaríamos de pasar por alto algunas cosas
que nos pasan a menudo para proseguir el
blanco que es Cristo. La Iglesia no la detiene nada y nadie, Cristo la sustenta
y la guía por camino de seguridad eterna.Seamos fieles hasta el FIN.
Aquí les dejos la vida en su etapa final de los apóstoles y creyentes
de la época neo-testamental, esperando que reflexionemos CUIDADOSAMENTE ¡!!
I. Esteban
San Esteban fue el primero que se registra en padecer. Su muerte fue ocasionada por la
fidelidad con la que predicó el Evangelio a los entregadores y matadores de
Cristo. Fueron excitados ellos a tal grado de furia, que lo echaron fuera de la
ciudad, apedreándolo hasta matarlo. La época en que sufrió se supone
generalmente como la pascua posterior a la de la crucifixión de nuestro Señor,
y en la época de Su ascensión, en la siguiente primavera.
A continuación se suscitó una gran persecución contra todos los que
profesaban la creencia en Cristo como Mesías, o como profeta. San Lucas nos
dice de inmediato que «en aquel día se hizo una grande persecución en la
iglesia que estaba en Jerusalén», y que «todos fueron esparcidos por las
tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles».
Alrededor de dos mil cristianos, incluyendo Nicanor, uno de los siete
diáconos, padecieron el martirio durante «la tribulación que sobrevino en
tiempo de Esteban».
II. Jacobo el Mayor
El siguiente mártir que encontramos en el relato según San Lucas, en
la Historia de los Hechos de los Apóstoles, es Jacobo hijo de Zebedeo, hermano
mayor de Juan y pariente de nuestro Señor, porque su madre Salomé era prima
hermana de la Virgen María. No fue hasta diez años después de la muerte de
Esteban que tuvo lugar este segundo martirio. Ocurrió que tan pronto como
Herodes Agripa fue designado gobernador de Judea que, con el propósito de
congraciarse con los judíos, suscitó una intensa persecución contra los
cristianos, decidiendo dar un golpe eficaz, y lanzándose contra sus dirigentes.
No se debería pasar por alto el relato que da un eminente escritor primitivo,
Clemente de Alejandría. Nos dice que cuando Jacobo estaba siendo conducido al
lugar de su martirio, su acusador fue llevado al arrepentimiento, cayendo a sus
pies para pedirle perdón, profesándose cristiano, y decidiendo que Jacobo no
iba a recibir en solitario la corona del martirio. Por ello, ambos fueron
decapitados juntos. Así recibió resuelto y bien dispuesto el primer mártir
apostólico aquella copa, que él le había dicho a nuestro Salvador que estaba dispuesto
a beber. Timón y Parmenas sufrieron el martirio alrededor del mismo tiempo; el
primero en Filipos, y el segundo en Macedonia. Estos acontecimientos tuvieron
lugar el 44 d.C.
III. Felipe
Nació en Betsaida de Galilea, y fue llamado primero por el nombre de
«discípulo». Trabajó diligentemente en Asia Superior, y sufrió el martirio en
Heliópolis, en Frigia. Fue azotado, echado en la cárcel, y después crucificado,
en el 54 d.C.
IV. Mateo
Su profesión era recaudador de impuestos, y había nacido en Nazaret.
Escribió su evangelio en hebreo, que fue después traducido al griego por Jacobo
el Menor. Los escenarios de sus labores fueron Partia y Etiopía, país en el que
sufrió el martirio, siendo muerto con una alabarda en la ciudad de Nadaba en el
año 60 d.C.
V. Jacobo el Menor
Algunos suponen que se trataba del hermano de nuestro Señor por una
anterior mujer de José. Esto es muy dudoso, y concuerda demasiado con la
superstición católica de que María jamás nunca tuvo otros hijos más que nuestro
Salvador. Fue escogido para supervisar las iglesias de Jerusalén, y fue autor
de la Epístola adscrita a Jacobo, o Santiago, en el canon sagrado. A la edad de
noventa y nueve años fue golpeado y apedreado por los judíos, y finalmente le
abrieron el cráneo con un garrote de batanero.
VI. Matías
De él se sabe menos que de la mayoría de los discípulos; fue escogido
para llenar la vacante dejada por Judas. Fue apedreado en Jerusalén y luego
decapitado.
VII. Andrés
Hermano de Pedro, predicó el evangelio a muchas naciones de Asia; pero
al llegar a Edesa fue prendido y crucificado en una cruz cuyos extremos fueron
fijados transversalmente en el suelo. De ahí el origen del término de Cruz de
San Andrés.
VIII. San Marcos
Nació de padres judíos de la tribu de Leví. Se supone que fue
convertido al cristianismo por Pedro, a quien sirvió como amanuense o
escribiente, y bajo cuyo cuidado escribió su Evangelio en griego. Marcos fue
arrastrado y despedazado por el populacho de Alejandría, en la gran solemnidad
de su ídolo Serapis, acabando su vida en sus implacables manos.
IX. Pedro
Entre muchos otros santos, el bienaventurado apóstol Pedro fue
condenado a muerte y crucificado, como algunos escriben, en Roma; aunque otros,
y no sin buenas razones, tienen sus dudas acerca de ello. Hegesipo dice que
Nerón buscó razones contra Pedro para darle muerte; y que cuando el pueblo se
dio cuenta, le rogaron insistentemente a Pedro que huyera de la ciudad. Pedro,
ante la insistencia de ellos, quedó finalmente persuadido y se dispuso a huir.
Pero, llegando a la puerta, vio al Señor Cristo acudiendo a él, a quien,
adorándole, le dijo: «Señor, ¿a dónde vas?» A lo que él respondió: «A ser de
nuevo crucificado». Con esto, Pedro, dándose cuenta de que se refería a su
propio sufrimiento, volvió a la ciudad. Jerónimo dice que fue crucificado
cabeza abajo, con los pies arriba, por petición propia, porque era, dijo,
indigno de ser crucificado de la misma forma y manera que el Señor.
X. Pablo
También el apóstol Pablo, que antes se llamaba Saulo, tras su enorme
trabajo y obra indescriptible para promover el Evangelio de Cristo, sufrió
también bajo esta primera persecución bajo Nerón. Dice Abdías que cuando se
dispuso su ejecución, que Nerón envió a dos de sus caballeros, Ferega y
Partemio, para que le dieran la noticia de que iba a ser muerto. Al llegar a
Pablo, que estaba instruyendo al pueblo, le pidieron que orara por ellos, para
que ellos creyeran. Él les dijo que poco después ellos creerían y serían bautizados
delante de su sepulcro. Hecho esto, los soldados llegaron y lo sacaron de la
ciudad al lugar de las ejecuciones, donde, después de haber orado, dio su
cuello a la espada.
XI. Judas
Hermano de Jacobo, era comúnmente llamado Tadeo. Fue crucificado en
Edesa el 72 d.C.
XII. Bartolomé
Predicó en varios países, y habiendo traducido el Evangelio de Mateo
lenguaje de la India, lo propagó en aquel país. Finalmente fue cruelmente
azotado y luego crucificado por los agitados idólatras.
XIII. Tomás
Llamado Didimo, predicó el Evangelio en Partia y la India, donde,
provocar a los sacerdotes paganos a ira, fue martirizado, atravesado con lanza.
XIV. Lucas
El evangelista, fue autor del Evangelio que lleva su nombre. Viajó con
por varios países, y se supone que fue colgado de un olivo por los idolátricos
sacerdotes de Grecia.
XV. Simón
De sobrenombre Zelota, predicó el Evangelio en Mauritania, Africa,
incluso en Gran Bretaña, país en el que fue crucificado en el 74 d.C.
XVI. Juan
El «discípulo amado» era hermano de Jacobo el Mayor. Las iglesias
Esmirna, Pérgamo, Sardis, Filadelfia, Laodicea y Tiatira fueron fundadas por
él. Fue enviado de Éfeso a Roma, donde se afirma que fue echado en un calde de
aceite hirviendo. Escapó milagrosamente, sin daño alguno. Domiciano desterró
posteriormente a la isla de Patmos, donde escribió el Libro Apocalipsis. Nerva,
el sucesor de Domiciano, lo liberó. Fue el único apóstol que escapó una muerte
violenta.
XVII. Bernabé
Era de Chipre, pero de ascendencia judía. Se supone que su muerte tuvo
lugar alrededor del 73 d.C. Y a pesar de todas estas continuas persecuciones y
terribles castigos, la Iglesia crecía diariamente, profundamente arraigada en
la doctrina de apóstoles y de los valores apostólicos, y regada abundantemente
con la sangre de los santos.
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